jueves, 5 de julio de 2012

Normativas de homologación: ¿Orinales o cacerolas?


Del mismo modo que un niño debe viajar sujeto a una sillita,  cualquier motorista está obligado a circular con la cabeza cubierta. Sin embargo, viajar sujeto a una silla o ir en moto con la cabeza cubierta no garantiza una seguridad, pues si así fuera, bastaría con cubrirse la cabeza con un orinal y con transportar a nuestro bebé metido dentro de una cacerola, ¿verdad?.


Por ese motivo, se crearon las normativas de homologación, que no tienen otra finalidad que establecer, por ejemplo, los requisitos mínimos que han de cumplir un casco de moto o una sillita infantil.

¿Podemos asegurar que un casco de 20 euros comprado en una gran superficie ofrece la misma seguridad que el casco de Fernando Alonso? No. Lo único que podemos asegurar es que ambos cumplen la misma normativa de homologación.

Un producto obligatorio por ley debe de estar al alcance de todos los ciudadanos;  ser pobre no nos exime a ninguno de cumplir la ley, por eso, los requisitos de homologación no pueden ser exigentes.

Sin embargo, la ley no obliga al motorista a comprarse un casco como el de Fernando Alonso, ni a equiparse además con rodilleras, coderas, espalderas y botas  ¿A que no?.  ¿Alguien criticaría a un motorista por comprarse un casco mejor o una cazadora con espalderas? No.  Los adultos somos así.  Nuestra seguridad nos importa.  No la cuestionamos ni criticamos al que se protege mejor.

Con las sillas de auto para niños ocurre exactamente lo mismo… pero al revés.  Todos pensamos que las sillitas son todas muy seguras y nos extrañamos cuando otro decide invertir más dinero.  Nos cuesta un verdadero esfuerzo comprender que una silla de 450 euros pueda mejorar la seguridad de una de 80 porque, “total… si están homologadas, será porque son seguras, si no, no se podrían homologar”.

La diferencia entre un orinal y un casco homologado es mínima:  la tela interior y el cierre para sujetarlo.  La diferencia entre una cacerola y una silla de homologada también lo es:  la tela, las ranuras para pasar los cinturones de seguridad y el arnés.  

¿Sorprendidos?  Por si no lo sabéis, desde el punto de vista de una normativa, la vida de un niño no vale más que la de un motorista:  ambos son proyectiles. Las leyes están para proteger a los ciudadanos, no para salvarnos la vida, y esto es un hecho:

Un casco homologado protegerá nuestra cabeza de un golpe directo contra el suelo, pero solo un buen casco nos podría salvar la vida.  Una silla homologada protegerá al niño evitando el peor de los escenarios: que salga despedido;  pero solo una buena silla le podría salvar la vida, reduciendo las lesiones derivadas de esa retención, en número y gravedad.

En lo que a seguridad se refiere, normalmente cuando las cosas tienen un precio, este está justificado.  Más adelante os explicaremos a identificar las diferencias entre unos dispositivos y otros.



1 comentario:

  1. Leer esto me produce MUCHO MIEDO, teniendo en cuenta que cuando vas a comprar una silla, los mismos vendedores te dicen que el dinero no hace que sea mejor, que te lleves esa que estás mirando y que tal y que cuál, como madre, preguntas si es la más adecuada y te dicen que si. Estoy decepcionada.

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