viernes, 15 de marzo de 2013

Historias de Vida (IV): La historia de Phoebe

Foto: www.sikkerautostol.dk
Los tan traídos impactos por alcance cuando la silla está colocada de espaldas... nuestra lógica infiere que es similar al impacto frontal cuando la silla va de frente, aunque como ya hemos hablado en otras ocasiones, no es así. Una silla de espaldas, bien elegida y bien instalada, sigue siendo una protección eficaz. Porque hay que considerar todos los factores, y por ejemplo en un impacto por alcance, si el niño va de espaldas se encuentra sentado más lejos de la zona de impacto que si va de frente. 

En esta ocasión la Historia de Vida nos llega desde Estados Unidos, de manos de Phoebe. Y una vez más fue la decisión de llevar al pasajero más frágil en una buena silla de espaldas, bien instalada, la que hoy permite a Phoebe compartir esta historia como una anécdota familiar más, muy desagradable, pero sin ninguna consecuencia terrible que lamentar, más allá del susto.




Phoebe circulaba en su coche junto con su madre e hijo, por una autovía cuando un coche perdió el control y se atravesó en la vía. La madre de Phoebe, que iba al volante, logró frenar a tiempo, sin embargo el coche que circulaba tras ellos no lo hizo, y chocó contra el Toyota de Phoebe. Y éste a su vez, acabó golpeando al vehículo parado delante de ellos.

Las fotos del estado en que quedó el coche no dejan dudas sobre la violencia de la colisión:

Foto: www.sikkerautostol.dk


Foto: www.sikkerautostol.dk


El ocupante más pequeño del vehículo, el hijo de Phoebe, iba sentado en una silla de espaldas, con margen para este tipo de instalación hasta 25kg. Mientras su madre y su abuela acabaron con contusiones varias, y rotura de algunas costillas, él salio ileso, de tal manera que el primer comentario que le hizo a su padre cuando llegó a buscarlos no se refirió al accidente no... Le dijo que en el camión del equipo de socorro ¡había ido sentado de frente! Y que no le había gustado. Eso le pareció al pequeño mucho más relevante que el accidente en sí. Y realmente la foto de arriba da la razón a los comentarios de Phoebe sobre la reacción de su hijo...

Phoebe es Técnico en Seguridad Infantil en el Automóvil, y en su país, Estados Unidos, ayuda a otros padres a llevar a sus hijos correctamente sentados en sillas apropiadas y bien instaladas. El resultado de su trabajo es otro niño más que resulta ileso de un accidente en el que los adultos (mucho más capaces de soportar fuerzas elevadas sobre su cuerpo) salen con lesiones. Y en esta ocasión, ese niño, es el suyo.

Bravo Phoebe. Bravo por tu trabajo, porque salva vidas. Y gracias por compartir vuestra historia.


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