miércoles, 11 de junio de 2014

Rectificar es de Sabios: El elevador sin respaldo

Rectificar es de sabios y esta entrada es precisamente eso: una rectificación, pues quienes aquí escribimos cometimos el error de creer, sin cuestionarlo dos veces, en la supuesta "peligrosidad" de los elevadores sin respaldo.  Nosotros, al igual que muchos otros también le pusimos la cruz a este dispositivo:

"El elevador sin respaldo es un elemento mediocre e inútil. Un quita-multas.  Una prueba evidente de que la normativa de homologación no es en absoluto exigente."

Nos equivocamos de medio a medio.  En un reciente viaje a la VTI (Swedish National Road and Transport Research Institute) nos reunimos con el Sr. Tommy Pettersson, Director de Laboratorio de la VTI y creador del Plus Test, para entre otras cosas resolver dudas y cuestiones en torno a la seguridad de los SRI. De todas ellas, la más impactante fue la que afectaba a la importancia del elevador sin respaldo. En esta entrada os trasladamos parte de lo que aprendimos allí.


Estos son los hechos:





1.-  El cinturón de seguridad es un dispositivo diseñado para un adulto varón y de edad media (tal como explicábamos aquí).

2.-  Bien utilizado, minimiza el riesgo de impacto directo en la cabeza y el del efecto submarino.  Ambas son las principales causas de mortalidad por accidente de tráfico, tanto en niños como en adultos.

3.-  Utilizar el cinturón correctamente significa guiarlo y ajustarlo bien.  Y esa maniobra se realiza de abajo a arriba en dos fases:
  • Guiarlo bien supone que apoye sobre la pelvis y cruce las crestas ilíacas, cuyos extremos evitan que el cinturón de seguridad se suba y acabe presionando las zonas blandas críticas del abdomen.  
  • Ajustarlo bien significa tirar con firmeza de la parte del cinturón que apoya sobre la pelvis para que quede lo más ceñida posible.  Si esta maniobra se hace bien, la parte del cinturón que apoya sobre el hombro quedará correctamente situada sobre la clavícula. 
Esto es lo que implica el uso del cinturón de seguridad por parte de un adulto. Ahora bien, puesto que los niños no tienen la complexión de un adulto de media edad, debemos proporcionarles sistemas de seguridad pasiva (sillas de auto) que además se adapten a su crecimiento.  

Ya sabemos, por todo lo hablado en este blog, que durante al menos los 4 primeros años, el niño debe ir sentado en una silla de espaldas a la marcha.  Será después, cuando esa posición no pueda prolongarse por más tiempo, cuando pasará a una silla de grupo 2/3. Entonces la siguiente pregunta es: ¿hasta qué momento deberá usar dicho dispositivo?  

Como siempre hacemos con el uso de los SRI, manejamos tres limites diferentes: edad, talla y peso.

    a.-  Límite por edad:  Hasta los 12 años. Antes de esta edad las crestas ilíacas no están lo suficientemente desarrolladas como para evitar el desplazamiento del cinturón ventral hacia arriba.  Por este motivo, es fundamental que esa función la realice el dispositivo de seguridad (con los reposabrazos).

    b.-  Límite por altura:  Hasta los 150 cm.  Por encima de esa altura, sentar al niño sobre una superficie elevada eleva el riesgo de impacto de la cabeza con el techo en algunos coches.  

    c.-  Limite por peso: En este dispositivo no existe límite de peso.  Un niño de 40 kilos que aún no haya alcanzado los 12 años y/o los 150 cm. de alto, podrá seguir utilizando su grupo 2/3 sin problema.  El esfuerzo de la retención recae totalmente sobre el cinturón de seguridad, por lo que en este sistema, el límite máximo de peso es irrelevante.

Con estas pautas claras y del mismo modo que hacemos (o deberíamos hacer los adultos), al niño se le debe sentar en su silla, ajustarle correctamente el cinturón (de abajo a arriba), guiándolo por debajo de los reposa-brazos, y tensando esa parte del cinturón con firmeza.  A continuación habrá que guiar la otra parte del cinturón que apoyará sobre el hombro. 

La guía del cabezal de la silla facilita esa labor, garantizando una correcta colocación sobre la clavícula y además le proporciona confort y protección lateral. Obviamente para todo ello el cabezal debe regularse a la altura apropiada

Llegados a este punto el Sr. Pettersson nos hizo la siguiente observación:

Existe un elevado porcentaje de niños que dejan de utilizar el elevador con respaldo a edades prematuras (entre 8 y 10 años) porque no caben y aún no miden los 150 cm.  En ese caso, habrá que utilizar un elevador sin respaldo hasta que, o bien alcancen los 150 cm, o cumplan 12 años.

Seguro que muchos de vosotros os estaréis preguntando:  ¿Cómo es posible que unos niños quepan en una silla con respaldo hasta los 150 cm y a otros se les quede pequeña esa misma silla con 140 cm?  

Fácil.  Porque hay niños cuyo torso es más alto con respecto al total del cuerpo y otros cuya altura se debe al largo de las piernas.  Sirva esta imagen para hacernos una idea de hasta qué punto la altura de los niños puede engañarnos con respecto al uso potencial de su dispositivo:  

Estas niñas que de pie se llevan 6 cm. de diferencia, podrían sentarse en la misma silla de grupo 2/3.
En este caso la diferencia de altura se encuentra en el largo de las piernas.
Fuente: Rear Facing for Toddlers


Si nuestro niño con 8 o 10 años todavía no mide 150 cm  pero ya no entra en su sillita de grupo 2/3 con respaldo, habrá que sentarlo en un elevador sin respaldo, y alargaremos el uso del mismo hasta que, o bien el niño tenga 12 años, o los 150 cm. de altura.


¿Y esto por qué? 

Porque a los 12 años las crestas ilíacas ya pueden soportar el cinturón de seguridad y 150 cm es el límite máximo en el que se puede viajar sobre un dispositivo de retención.  Por encima de esa altura, la cabeza podría golpear con el techo de algunos vehículos. 

Huelga decir que, aquellos niños (y señoras de 40 años) que quepan en su silla de grupo 2/3 con respaldo hasta los 150 cm, no necesitarán nunca ningún otro dispositivo que no sea ese.  


IMPORTANTE


Tal y como apuntábamos en la entrada anterior, lo que bajo ningún concepto puede faltar en ese dispositivo, es el reposa-brazos.   Según el Sr. Pettersson, cualquier asiento de grupo 2/3 sin respaldo que no tenga reposa-brazos, no servirá absolutamente de nada.


La primera pregunta que a uno le surge cuando escucha esto es ¿Pero que pasa en impacto lateral?  La respuesta es muy simple:  el mayor índice de mortalidad infantil se produce en colisiones frontales.  Así que el foco hay que ponerlo ahí. Y no es deseable que la entrada en vigor de la i-Size (en la que la prueba de impacto lateral es obligatoria) de al traste con este sistema.  De hecho esto es algo que preocupa bastante en Suecia.

La segunda pregunta es acerca de la posibilidad de hacer este tipo de sillas con el respaldo más alto. Esto es inviable, pues en muchos vehículos el cabezal toparía con el techo del coche o con los laterales. 

Solo el tiempo dirá si la nueva normativa I-size termina con la fabricación de un dispositivo que, utilizado correctamente y en su momento, ha salvado muchas vidas.

Bueno, pues esto es lo que os contamos.  A pesar de habernos cerciorado siempre con una meticulosidad exquisita de lo que decíamos, el tema de la Seguridad es un elefante enorme que no se puede comer de una tacada.  Necesita de tiempo, sucesivas reuniones y conversaciones para ir atando cabos.  Este era un cabo que necesitaba ser atado.

Así pues, y a modo de resumen, lo enumeramos para que quede claro.  Ante la elección de vuestra silla de grupo 2/3, debéis tener en cuenta que:

1.-  Habrá que utilizarla con respaldo hasta que el niño tenga 12 años y/o mida 150 cm.

2.-  La silla deberá incorporar guías a modo de reposa-brazos o similar, que garanticen el correcto guiado del cinturón de seguridad.  Sin esas guías las crestas ilíacas en desarrollo de un menor de 12 años, no podrán evitar que el cinturón se suba y acabe presionando partes blandas críticas (efecto submarino).

3.-  Si los hombros del niño alcanzan el reposa-cabezas antes de que haya cumplido cualquiera de los dos requisitos anteriores, habrá que quitar el respaldo y seguir utilizando ese dispositivo como elevador hasta los 12 años y/o 150 cm de altura.

4.-  Para ajustar correctamente el cinturón, habrá que tirar primero de la zona de la pelvis (ajustándola concienzudamente) y después ajustar la del hombro.

5.-  El uso inapropiado podría derivar en dos posibles escenarios: o golpe directo en la cabeza con el asiento delantero, o efecto submarino.  Ambos constituyen las 2 principales causas de mortalidad por accidente de tráfico, tanto en niños como en adultos. 

Dicho esto...

Queremos pedir nuestras más sinceras disculpas a aquellos padres que se hayan podido ver afectados por nuestras recomendaciones anteriores.  Nos hubiera encantado haber tenido esta información antes.  Eso no ha sido posible, pero ahora que ya está encima de la mesa, entended que nos queme en las manos.  

Cuando en el año 2008 descubrimos la importancia de viajar de espaldas a la marcha, sucedió lo mismo.   Quizá éste sea el coste de llegar siempre tarde al tren de la información.   Pero, aun siendo tarde para unos,  aún es pronto para muchos otros, así que hay que subirse a el y seguir avanzando.


Hasta la próxima entrada.




Otras lecturas sobre el grupo 2/3:



9 comentarios:

  1. Con dos cojones, sí señor. Me encantáis, en serio. Gracias a vuestra labor mi hijo y todos los bebés de la familia nacidos después van a ir seguros, diga lo que diga la gente...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias Marta! Es nuestra mayor satisfacción, saber que hemos ayudado a que tus niños, y muchos otros, viajen más seguros en el coche.

      Un saludo y gracias por leernos.

      Eliminar
  2. Brillante. No se puede decir mas. Bueno si. Eso y muchisimas gracias por el trabajo que hacéis. No dejéis de escribir. Estais salvando muchas vidas.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por tus palabras y tus ánimos. Seguiremos, por supuesto, porque para una protección eficaz hace falta la información que aquí ponemos en manos de todos. Hay vidas en juego, y ante eso nadie debería permanecer impasible.

    Un saludo y gracias por seguirnos y por ayudarnos a que la información llegue más lejos.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por tan valiosa información!!! Veo que siempre responden los comentarios... Sin embargo hice uno de la entrada anterior y no recibí respuesta :( me podrían ayudar? Gracias!!!

    ResponderEliminar
  5. Gracias por la información, por seleccionarla,contrastarla e incluso rectificarla,¡Claro que si!Conocimos este blog hace mas de un año y fue toda una mina de información y de tranquilidad al saber qué era lo mas seguro para nuestro hijo y para los hijos de todos aquellos que nos quieran escuchar.¡gracias!

    ResponderEliminar
  6. Mi hija Paloma y su problema con la silla de seguridad es que se pasa por el peso. Ella tiene 9 años, 1,43 de altura y 37 kilos. El límite de peso de su silla de seguridad de grupo 2-3 lo pasa, y por supuesto ya no cabe. Actualmente la estoy llevando sin silla desde que pasó el peso (no antes) ¿debería utilizar un alzador sin respaldo? Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Marta, por edad y por altura sería preferible que usara un elevador sin respaldo. Hasta que mida 150cm.

      Las sillas de grupo 2/3 se pueden usar por encima de los 36kg, ya que el límite de peso lo pone el cinturón de seguridad, no la silla. Lo que suele suceder es lo que le pasa a tu hija, que cuando alcanzan ese peso ya no caben por altura.

      un saludo!

      Eliminar