miércoles, 20 de marzo de 2013

Nueva normativa de la DGT (II): Probabilidades y Riesgos

Foto: abc.es
En esta entrada os explicábamos en qué consistiría realmente la nueva ley en caso de aprobación.  Aclarado este primer punto vamos al siguiente: ¿Es esto realmente una medida eficaz? ¿Es tanta la diferencia en seguridad de una silla de espaldas con respecto a una de frente? Estos son solo algunos de los muchos interrogantes que se abren ante los padres cuando escuchan por primera vez esta recomendación.

Cualquier medida de seguridad siempre es mejor aplicarla por convencimiento que por obligación, así que lo mejor es profundizar un poco más en todo este asunto y despejar las dudas razonables más frecuentes e importantes:

Ventajas y Desventajas de una silla de espaldas


Dependiendo del tipo de impacto

Las medidas de precaución se adoptan en base a lo que es probable y no a lo que es posible. Por otra parte, los sistemas de seguridad pasiva se desarrollan para minimizar las lesiones en número y gravedad.  Dicho esto, ¿Cual es la prioridad?  Reducir las lesiones en aquellos accidentes que, además de ser los más frecuentes, ocasionan los daños más graves.

Impacto frontal o fronto-lateral:  Es de todos el más frecuente y grave.  Tanto si es una colisión entre dos coches que circulan en sentido opuesto, como si es un choque contra un elemento rígido, la descarga de energía sobre los pasajeros es tan alta que no se requiere de velocidades altas para ocasionar lesiones importantes.  Todas las pruebas de impacto incluyen una colisión frontal, pues al ser la más frecuente y grave es la primera que hay que resolver.  

Los impactos traseros o por alcance: Son los más frecuentes después de los frontales. En un elevado porcentaje son colisiones en ciudad y a velocidades bajas, por lo que el número de víctimas graves o mortales que viajaban dentro del coche alcanzado (pues para el vehículo que golpea ese accidente ha sido frontal) es mínimo (o casi nulo).




Impactos laterales puros, vuelcos o colisiones en cadena en autopista son, de todos,  los menos frecuentes y sus consecuencias tampoco se acogen a un patrón tan definido como en los otros dos casos.  


Tras lo expuesto, ¿En qué tipo de accidentes hay que extremar las medidas de seguridad?  En los que son frontales y fronto-laterales, pues en ellos es donde el riesgo de lesión grave o fallecimiento es muy alto y no necesariamente han de producirse a gran velocidad.  

¿Qué sistemas de seguridad tenemos para minimizar las lesiones en nuestros niños?

a.-  Sillas de frente con arnés

El cuerpo del niño tiene los hombros, el torso y la pelvis inmovilizados por un arnés, lo cual hace inevitable que la cabeza salga despedida hacia delante.  La fragilidad del cuello en desarrollo de un niño no puede soportar ese esfuerzo ya que


* Por efecto de la deceleración brusca, el cuello habrá de soportar un peso cientos de veces superior al real de la cabeza del niño.  

* El tiempo que tiene el cuello para asumir todo ese esfuerzo es mínimo (centésimas de segundo) pues no es algo progresivo, sino fulminante.



b.- Sillas de frente con escudo

En este caso no existe una inmovilización del cuerpo en las mismas condiciones en las que lo hace un arnés, ya que los hombros no están bloqueados, pero el encargado de sujetar al niño es un escudo, por lo que


* Igualmente la cabeza sale despedida hacia delante aunque en lugar de 3 vértebras sean más las que soporten esa presión y
*  El impacto de la cabeza y tórax contra una superficie rígida de poliestierno tiene consecuencias que no se pueden ignorar, pues aunque estas no sean hoy por hoy medibles con un dummie, existen estudios médicos -de hace casi 10 años- de accidentes reales que así lo constatan.  



c.- Silla de espaldas en impacto frontal:  En este caso y debido a la posición de la silla, no hay ninguna zona del cuerpo que se vea propulsada, presionada ni golpeada: 



Como bien se observa en esta ilustración, el comportamiento del cuerpo es completamente diferente en una y otra imagen.  La cabeza no se mueve, luego el cuello no sufre al tener que soportar el movimiento incontrolado hacia delante de ésta y al estar la silla dada la vuelta, el arnés que sujeta al niño tampoco le oprime, ya que su cuerpo queda inmovilizado contra el respaldo de la silla. 


Siendo la cabeza, el cuello, el tórax y la pélvis las zonas más vulnerables del niño ( y por tanto las que más hay que proteger), es muy evidente que, en impactos frontales (que son los más frecuentes y los más graves) el sistema de seguridad más fiable para un niño, sea cual sea su edad, es una silla de espaldas a la marcha.  

Y ahora viene la pregunta que daba origen a esta entrada:


 ¿Es mucho más seguro que una silla de frente o es un poco más seguro que una silla de frente?

Si el cuello no se enlonga, no hay lesión.  Si el tórax no se presiona ni se golpea, no hay lesión.  Si la cabeza no choca contra ningún elemento rígido, no hay lesión.  ¿En qué sistema no sucede nada de esto? En una silla de espaldas.  El resto de sistemas, (no por ser "peores", sino porque se instalan de frente a la marcha), exponen al niño a que cualquiera de estas cosas sucedan.  

En nuestra opinión, la pregunta que deberíamos hacernos los padres no es si "este" sistema es mucho más seguro que "aquel", la conversación interior de cada padre sería más bien algo como esto:

-"Puesto que la probabilidad de sufrir un frenazo o una colisión frontal en ciudad es muy elevada;  puesto que no se requiere de velocidades altas para ocasionar lesiones graves; y puesto que nuestro hijo viaja en coche todos los días,  ¿estamos dispuestos a aceptar que el niño salga lesionado en un simple frenazo? ¿Podemos asegurar que las lesiones van a ser asumibles tanto para el niño como para nosotros?  ¿Estamos dispuestos a vivir el resto de nuestras vidas sabiendo que nuestro hijo viajaba en una silla en la que podía sufrir algún tipo de lesión?"  

Ese es el tipo de conversación que hemos tenido durante años quienes escribimos aquí, y en base a nuestras respuestas, hemos actuado.  Y lo hemos hecho en contra de todos los informes que decían que estas sillas son "Insatisfactorias";  lo hemos hecho en contra de todos los vendedores que decían que estas sillas "estaban prohibidas en España".  En contra de todos los fabricantes que afirmaban que "La instalación de esas sillas era demasiado farragosa" y en contra de todos los allegados y conocidos que decían que eso que hacíamos era "antinatural".  

El convencimiento de estar haciendo lo correcto y el instinto de protección hacia nuestros pequeños, eso es lo que nos ha llevado a actuar así y no por el miedo a lo que pueda llegar a dictar una ley.  Algunos españoles no necesitamos leyes que nos obliguen a proteger a nuestros niños.

Ahora ya sabéis lo que supone una silla de espaldas en un impacto frontal.  Más adelante os explicaremos que podéis esperar de este sistema en un impacto por alcance.



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