lunes, 3 de septiembre de 2012

Historias de Vida (II): la historia de Anne



Hoy os traemos otra historia real. Anne y su marido tienen tres niñas que contaban con 2, 4 y 6 años en el momento en que se vieron involucrados en un accidente, que de nuevo gracias a la elección de las sillas adecuadas para sus hijas, no fue más allá de un buen susto.


La familia de Anne circulaba por autopista cuando su minivan chocó con un objeto de forma inesperada, de tal manera que el conductor perdió el control del vehículo y golpeó, violentamente, contra una barrera de seguridad en uno de sus laterales. Después deslizó, volteando sobre sí misma y quedando finalmente parada sobre el techo.


De todos los ocupantes, los heridos de mayor gravedad fueron la niña de 4 años, y la propia Anne. La pequeña iba correctamente sentada en una silla frente a la marcha y sujeta con arnés de 5 puntos, pero ocupaba justo el lugar en el que el minivan chocó contra la barrera de seguridad, y por tanto el que se llevó el golpe más fuerte. Pese a eso saldó el impacto con una pierna rota, que sanó completamente. Anne por su parte se encontraba en el otro lado del coche, el lateral que golpeó en el suelo al voltear y sobre el que deslizó un trecho.

La hija mayor, también en una silla colocada de frente a la marcha con arnés, sufrió algunos arañazos y rozaduras, y el marido de Anne, que conducía la minivan, salió con contusiones y abrasiones debidas al roce del cinturón de seguridad.


De los cinco ocupantes, la única que salió completamente ilesa, sin siquiera una rozadura, fue la niña más pequeña, de solo dos años de edad, que viajaba en una silla colocada de espaldas a la marcha. Ni siquiera el hecho de estar sentada en el lado de la minivan que aterrizó contra el suelo hizo que se lastimara. A diferencia de su madre, la niña no sufrió el más mínimo rasguño.

Como se puede apreciar en las fotos, el vehículo en el que viajaba la familia de Anne quedó destrozado.  Sin embargo el pasajero más frágil y quien afortunadamente salió completamente indemne viajaba en una silla de espaldas a la marcha. ¿Coincidencia?.

Es difícil pensar que algo así es meramente fortuito, cuando sabemos lo decisivo que puede resultar para un niño el estar sentado a contra marcha en caso de accidente. Ojalá nuestros hijos no se vean jamás involucrados en un accidente como el que sufrió Anne con su familia. Ojalá. Pero por si acaso, enfrentémonos a la realidad con nuestras mejores armas:


De espaldas, siempre, es más seguro.

Fuente: CarSeatNanny

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