Elegir su sillita (II): Sujeción

En Elegir su sillita (I) hablabamos de la importancia que supone llevar al niño de espaldas a la marcha. En esta nueva entrada analizaremos un segundo factor también muy importante:  la sujeción.

Si queremos proteger al máximo a nuestro hijo, tendremos que asegurarnos de que exista una sujeción eficaz siempre y en todo momento. ¿Qué significa esto?  Que la silla deberá quedar firmemente sujeta al asiento y el niño deberá quedar firmemente sujeto a la silla.

En caso de impacto, un niño es susceptible de sufrir las consecuencias de tres tipos de colisiones diferentes:

1.-  Colisión del coche contra el obstáculo

2.-  Colisión de la sillita contra otros elementos rígidos del coche

3.-  Colisión del del niño contra la sillita en la que va sentado

Podremos hablar de sujeción eficaz cuando el riesgo de que se produzcan el segundo y tercer tipo de colisión se reduce al mínimo o incluso a cero.

SUJECIÓN EFICAZ DE LA SILLA AL VEHÍCULO

Una sujeción eficaz (ya sea con cinturón de seguridad o con Isofix) de la silla, será aquella que reduzca o elimine el movimiento brusco de la misma en caso de impacto.  ¿Cómo?  Evitando que su base se mueva sobre el asiento hacia delante o lateralmente.   Solo si la silla no se balancea ni se desliza, reducirá el riesgo de colisión contra una puerta lateral o contra el asiento delantero.

La eficacia de la sujeción no solo depende de que la silla quede firmemente sujeta, sino de que la instalación no tenga que realizarse constantemente.  Un claro ejemplo de sujecion poco eficaz lo encontramos en las sillas de Grupo 0+ cuando éstas requieren la desconexión del cinturón de seguridad para sacar al bebé de su sillita.  Una manipulación continua aumenta exponencialmente el riesgo de cometer un error de retensión:  retensión por instalación ineficaz de un dispositivo.  A mayor manipulación, mayor probabilidad de que por prisas, agotamiento o falta de atención, el dispositivo quede mal sujeto.

Se considerará por tanto eficaz aquella silla que, además de quedar firmemente anclada al asiento, no necesite de una constante manipulación en la instalación.

SUJECIÓN EFICAZ DEL NIÑO A LA SILLA  

Consideraremos eficaz aquella silla que, en caso de impacto, permite que el cuerpo de su pasajero permanezca inmovilizado y dentro de los límites del sistema.

Sillas de espaldas a la marcha:  La posición en la que se instalan las convierte en las más eficaces.  Tenemos que ser muy conscientes de que normalmente antes de impactar el vehículo mainobra y frena para evitar el golpe.  La reducción brusca de la velocidad hace que, un niño sentado de espaldas, se incruste contra el respaldo de su sillita permaneciendo siempre y en todo momento dentro de la protección.  Además de esta circunstancia, la sujeción aumenta su eficacia por los siguientes motivos:

1.-  Normalmente este tipo de sillas se apoyan contra el salpicadero o contra un asiento delantero, reduciendo así la probabilidad de impacto contra cualquier elemento rígido.

2.-  El cuerpo del niño también queda incrustado contra el respaldo de la silla en la que va sentado, evitando así que se golpee. 

Sillas de frente a la marcha: En este tipo de sillas el niño está mucho más expuesto porque sucede justo al contrario:  antes de colisionar, la reducción brusca de la velocidad proyectará al niño hacia delante sacándole de la protección de la silla y exponiendo mucho más su cuerpo a posibles daños.  Siendo esto así, habrá que prestar especial atención a:

1.-  Distancia entre la cabeza y los laterales de la silla:  cuanto mayor distancia existe, mayor será la lesión derivada de un posible golpe.

2.-  Acolchados y materiales de absorción de impacto:  cuanto más acolchada sea la silla y cuanto más cantidad de poliestireno contenga, mejor disipará la energía.

En sillas con sistema de arnés, habrá que prestar especial atención a la regulación correcta de éste, al acolchado de sus protectores (si es que lleva alguno) y a que quede bien ceñido al cuerpo del niño.   

En sillas con escudo frontal el golpe del niño contra la protección rígida que lleva delante es inevitable, y por tanto, en lo que a sujeción se refiere, es de todos el menos eficaz.

En base a todo lo expuesto aquí y en Primeras Recomendaciones (y a modo de resumen) podríamos afirmar que una silla es segura si:

1. Permite al niño viajar de espaldas el mayor tiempo posible.
2. Queda firmemente anclada al asiento del coche.
3. Sujeta al niño inmovilizándolo con eficacia.

Teniendo en cuenta estas tres pautas (y alguna más que os explicaremos en breve) podréis estimar sin demasiado esfuerzo el nivel de seguridad que ofrece una silla antes de adquirirla, y valorar si es un sistema adecuado o no a lo que esperáis para vuestro hijo.