Según la ley del
2006, todos aquellos ciudadanos que circulen por la carretera con un menor
de estatura inferior a 135 cms deberán haberlo dotado previamente de todas las
medidas de seguridad que debería aportar un Sistema de Retención
Infantil.
Los cinturones
de seguridad están diseñados para evitar que un adulto salga despedido en caso
de choque, pero resultan totalmente ineficaces para retener a un niño.
Por ese motivo, se utilizan sistemas de seguridad especiales para los más
pequeños.
Al principio,
los Sistemas de Retención Infantil tenían un objetivo claro: evitar
que un niño saliera despedido en caso de colisión o frenazo brusco. No
obstante, esto no era suficiente, por lo que había que ir más allá: conseguir
que, en esa retención, las lesiones ocasionadas fueran mínimas. Y
es que, una “retención” en sí, no garantiza la seguridad, solamente evita que
el niño salga despedido pudiendo golpear contra una superficie rígida o contra
otro pasajero.
A día de hoy los
Sistemas de Retención ya no persiguen uno, sino dos objetivos: retener al
pasajero y reducir al máximo las lesiones derivadas de esa retención,
¿cómo? minimizando la presión ejercida sobre el cuerpo del niño, y
haciendo que ésta recaiga en su mayor parte sobre el sistema de seguridad.
O dicho de otra manera: a menor tensión, menor lesión.
Puesto que la
ergonomía infantil va cambiando a medida que los niños crecen, el control
de ”esa” tensión ejercida depende de tres factores fundamentales:
1.- Que
los pequeños lleven un Sistema acorde con sus características físicas (ni
demasiado grande, ni demasiado pequeño).
2.-
Que dicho sistema esté correctamente anclado al coche (para que pueda
cumplir su cometido con la mayor eficacia posible).
3.- Que el
niño vaya sujeto correctamente a dicho sistema (pues solo así se controla el
resultado sobre el cuerpo).
¿Qué ocurre
cuando alguno de estos factores no se cumple? Que en lugar de reducir la
tensión, la aumentamos exponencialmente, convirtiendo a ese Sistema de
RetenCión en un Sistema de Re-tenSión.
Según la
O.M.S. “cuanto más pequeño es el niño, menor es la fuerza necesaria para
ocasionar una lesión.” Cuando por ignorancia o desidia los padres incumplimos
cualquiera de los tres factores arriba mencionados, las probabilidades de
supervivencia de nuestros hijos son prácticamente nulas. A día de
hoy, mueren más niños por ir sentados en sillitas que por ir sin
ella. Estamos pues, ante un grave problema de Re-tenSión
Infantil.
En nuestra 1ª carta abierta dirigida al Fiscal de Seguridad Vial exponíamos
a su Señoría que “los delitos contra un menor por
imprudencia deben ser castigados con la máxima dureza, pero los errores (que no
delitos) por ignorancia solo pueden combatirse con información.”
Nosotros desde aquí nos comprometemos a dar la información necesaria para
que, quienes la cumplen la ley consigan proteger a sus hijos con total
eficacia.
Serán las autoridades las encargadas de
sancionar a todos aquellos que la incumplan o la ignoren. (De todos es
sabido que la ignorancia de la Ley no exime de su cumplimiento).
me parece correcto, pero no estaria de mas lugares con gente preparada para corregir los multiples fallos al colocar las sillas correctamente e informar a los padres de su colocacion.
ResponderEliminar¡Hola! Gracias por tu comentario. Efectivamente es fundamental que la silla quede bien instalada, y que sea del rango apropiado para la edad, talla y peso del niño. En otros países hay una red de puntos en los que se revisan estos aspectos (como una ITV), aquí lo razonable dadas nuestras infraestructuras, es que ese trabajo se haga desde la tienda especializada, a la que habría que dotar de la información de la que a menudo carece. Por eso desde aquí apostamos por la idea de una certificación que dote al personal del establecimiento de las capacidades suficientes para poder evaluar esos aspectos. De esa manera los padres estarán seguros de que, acudiendo a uno de los establecimientos con la certificación pertinente, estarán correctamente asesorados.
ResponderEliminarMientras tanto animamos a todos los padres a recabar información sobre la seguridad de nuestros hijos en el coche, y a acudir a establecimientos en los que supervisen la instalación de las sillas.
Un saludo.
Apreciados he descubierto con interés vuestro blog así como vuestra página acomtramarcha, sin embargo me sorprende que el autor o autores no os identifiquéis como tales (cualificaciones, experiencia) ni que tampoco expongáis si tenéis algún conflicto de interés con alguna de las marcas de sillas (por ejemplo si sóis distribuidores). Habida cuenta de que muchos padres confían en vuestro criterio a la ahora de hacer elecciones esenciales sobre la seguridad de sus hijos, se echa en falta una política de mayor transparencia por vuestra parte. Un cordial saludo
ResponderEliminarHola! Los autores de este blog somos los mismos que formamos los espacios de A contramarcha (web y Facebook). Para la información que presenta este blog, esos datos son indiferentes. Obviamente somos profesionales, y lo que aquí se vierte es información rigurosa, no criterios personales. Ojalá hubiera muchísimas fuentes de corte similar proporcionando información rigurosa para que llegara a más padres, porque efectivamente la información es vital. Y en ese caso, la información sería coincidente, porque aquí no opinamos. Exponemos. A partir de esa exposición, la elección es de los padres, evidentemente, que no han de confiar en NUESTRO criterio, si no en el SUYO una vez recabada la información que precisaban.
EliminarUn saludo!